Tras más de tres décadas en el negocio, el propietario de una tienda libre de impuestos de Nuevo Brunswick afirma que no le queda otra opción que cerrar en las próximas seis semanas.
Las continuas tensiones políticas entre Canadá y Estados Unidos, y la guerra comercial desatada por los aranceles del presidente Donald Trump, han provocado una disminución del flujo de turistas y visitantes transfronterizos.
John Slipp, propietario de la tienda libre de impuestos Woodstock en Belleville, Nuevo Brunswick, afirma que antes de la pandemia de COVID-19, veía a más de 200 personas en su tienda en un día de verano.
Ahora, recibe a unas 20.
“En 2017, empezaba a pensar y a hablar en voz alta sobre mi jubilación dentro de 10 años”, comentó.
“Debido a la COVID y a la situación actual, esos planes de jubilación se han ido por la borda. Hemos tenido que gastar nuestros ahorros personales para poder salir adelante”.
A sus 59 años, dice que no tendrá más remedio que buscar otro empleo una vez que cierre la tienda libre de impuestos.
Como residente de toda la vida de la ciudad fronteriza de Nuevo Brunswick, que colinda con Maine, Slipp afirma que jamás imaginó que las relaciones entre Canadá y Estados Unidos llegarían al punto actual.
“Curiosamente, los estadounidenses tienen más aprensión por la frontera… Las medidas de control migratorio en Estados Unidos han generado temor en muchos sobre viajar y sobre la experiencia fronteriza”, afirmó.
“Mientras tanto, los canadienses están enojados. Se resisten a ir”.
“Es catastrófico”
La experiencia de Slipp no es un caso aislado.
Según datos de Statistics Canada, los viajes de regreso desde EE. UU. en automóvil se han reducido un 33 % en comparación con junio del año pasado.
Esto está teniendo un impacto devastador en las ventas en las tiendas libres de impuestos, cuyas regulaciones les prohíben realizar ventas nacionales.
“Nuestra industria se centra exclusivamente en la exportación y dependemos al 100 % del tráfico que cruza la frontera”, declaró Barbara Barrett, directora ejecutiva de la Asociación Frontier Duty Free.
“Por lo tanto, cuando uno llega al estacionamiento de una tienda libre de impuestos en la frontera terrestre, es absolutamente necesario salir hacia Estados Unidos, y todos nuestros productos van directamente a Estados Unidos”.
Ella afirma que las tiendas libres de impuestos en todo Canadá están experimentando una caída en picado de las ventas y que algunas tienen dificultades para mantener su actividad.
Una encuesta reciente realizada por la asociación reveló que un tercio de sus tiendas podrían cerrar si no reciben apoyo del gobierno federal.
“Hemos formado parte del tejido turístico canadiense durante más de 40 años. Si las perdemos, no las recuperaremos”, declaró.
“Sería una lástima tremenda. Así que en esa situación estamos. Es catastrófico”.